Se separó cuarenta dias antes de casarse, superó la muerte de su perrita Morena y hoy le pone el pecho a los rumores “disparatados” de romance con Pico Mónaco y Marcelo Tinelli. Con humor e imaginación, la conductora de El desfile del show y figura del Bailando acepta un reto en vísperas de la primavera: diseñar el identikit del hombre que logrará finalmente llevarla al altar.
Sólo el marco de un corazón que, por el momento, “quedará vacío”. Un diseño propio que pronto lucirá en su muñeca interna izquierda, donde planea tatuarlo, ha sido el disparador de una charla íntima con una mujer que hoy jura ser “otra”. Hasta aquí, el dato de su edad es anecdótico. Se enamoró, se arriesgó y se desilusionó. Desde entonces surfea versiones que no indican más que las ansias por verla otra vez apostando al amor. “Vuelvo a florecer con la primavera”, decreta Zaira Nara (22) y, tan exigente como segura, acepta el juego de diseñar el identikit del hombre que la llevará al altar.
"En pleno duelo, encendía el televisor y escuchaba cientos de versiones sobre mí. Hoy, que todo quedó atrás, ¡me pasa lo mismo!”, dispara con gracia quien estuvo a 40 días de ser la mujer de Diego Forlán. Desde su ruptura, y según la voz popular, habría entregado algo menos que su corazón al tenista Juan “Pico” Mónaco, a un cantante uruguayo con ojo para la oportunidad, al basquetbolista Guillermo García –novio de Virginia Gallardo– y hasta al mismísimo Marcelo Tinelli. “Creí que la reacción de la gente sería: ‘Bueno, que ahora se tome un tiempo y esté tranquila’. ¡Pero no!”, bromea Zaira. “Soy la menos indicada para el rumor. Lo más loco que hago es ir al cine con amigas. Estoy segura de que el día que presente a mi próximo novio, al encender la tele voy a escuchar: ‘¡Esperó poco!’ o ‘¡Esperó demasiado!’, o ‘¡El otro era más lindo! ¿A nadie se le ocurre pensar: ‘Es joven, que disfrute’?”.
–Escucharte es advertir que estuviste a punto de quemar una etapa importante.
–Sí. Cuando puse fecha para casarme, sabía que estaba dando un paso que tal vez no era para una chica de 22. Pero no renunciaba con pena, porque mi estilo no difiere mucho de cómo hubiese vivido. Aunque, hoy que vivo sola puedo asegurar que no estaba preparada para convertirme en ama de casa. Pude haber sido la mujer más feliz del mundo, pero disfruto más así, viviendo el día.
–¿Y cómo es tu vivir el día?
–Sin prever, obedeciendo a mis ganas, disfrutando de mi carrera y con la libertad de decidir por mí misma, algo que no tiene precio. Sin darme cuenta, había tomado una vida que no era mía. Hoy, mi ritmo y mi agenda dependen de mí, y eso me hace feliz.
–¿Cuáles son tus “ya no”?
–Hay dos principales: la distancia y el respeto por mi trabajo. Ya no podría mantener una relación en distintos países, ni estar con alguien que no entienda a una mujer independiente que trabaje tanto como un hombre.
–Y tener más espacio...
–Ante el dolor, un gran cambio. El primero fue mudarme y comprar todo nuevo. Me instalé en mi departamento de La Cañitas y eso me hizo crecer. Hoy soy yo la que negocia el presupuesto de un pintor, y si no pago la luz... me la cortan.
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