La producción del programa decidió sancionar a la mayoría de los participantes luego de que realizaran un complot manifiesto.
Las advertencias no sirvieron. Pese a que Gran Hermano emitió un comunicado antes de las nominaciones, en el que informaba a los chicos que la producción estaba al tanto de algunos intentos de complot y que, en caso de concretarse, habría duras sanciones para los implicados, los jóvenes hicieron caso omiso.
Cada uno de ellos ingresó luego al confesionario para elegir una moneda y emitir sus votos, sin tomar en cuenta el aviso que se les había realizado.
Por ese motivo, se tomó la determinación de anular la mayoría de los votos, al considerarlos como parte de un acuerdo, algo que atenta contra el reglamento del programa. “Han conspirado contra el espíritu de Gran Hermano”, indicaba el comunicado.
Entre los pocos votos que tuvieron validez, Tomasito y Ornella resultaron sentenciados y uno de ellos deberá abandonar la casa el próximo viernes, en la gala de expulsión.
La única excepción de la medida tomada por Gran Hermano fue Florencia, cuyos votos dirigidos a Tomasito fueron considerados como válidos debido al fuerte problema que tuvieron durante la semana
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